
Cómo limpiar una pérgola bioclimática
Tener una pérgola bioclimática en casa es una inversión que se disfruta cada día, pero para que siga luciendo como nueva y funcione a la perfección, es importante darle un cuidado mínimo. Una limpieza periódica no solo mejora su aspecto, también ayuda a alargar su vida útil y a que el sistema, ya sea con lamas orientables o retráctiles, siga moviéndose con suavidad y sin problemas.
Una de las ventajas de las pérgolas bioclimáticas es que está hecha en aluminio. Es un material habitual en este tipo de estructuras, apenas necesita mantenimiento comparado con la madera u otros acabados, pero eso no significa que puedas olvidarte de él por completo. Dedicar unos minutos a su limpieza de forma regular es la mejor forma de prevenir desgastes y averías. En esta guía te contamos cómo limpiar una pérgola bioclimática paso a paso, con consejos prácticos para que siempre esté en perfecto estado.
¿Cada cuánto tiempo conviene limpiar una pérgola bioclimática?
Para que tu pérgola bioclimática se mantenga en perfectas condiciones y su mecanismo funcione sin esfuerzo, lo más recomendable es hacer una limpieza a fondo un par de veces al año. Lo ideal es realizar la primera en primavera, para prepararla de cara al verano, y la segunda al inicio del otoño, antes de que lleguen los meses más fríos y húmedos.
Esta frecuencia es una referencia general, pero no es una regla obligatoria. El entorno, el clima y el uso que le des pueden hacer que necesite una limpieza extra. Por ejemplo, si vives en una zona donde llueve con frecuencia, hay mucha vegetación alrededor o la estructura está expuesta al polvo de forma constante, será mejor hacerlo con algo más de frecuencia. En áreas con inviernos más fríos, como sucede en algunas localidades de Castilla-La Mancha, es recomendable revisar y limpiar la pérgola tras la temporada fría para asegurarte de que las lamas, los perfiles y el sistema de drenaje siguen funcionando correctamente.
Lo que necesitas para limpiar tu pérgola bioclimática
La buena noticia es que no hace falta nada complicado para cuidarla. Con unos pocos materiales y un poco de tiempo, la dejarás como nueva:
- Agua tibia.
- Jabón neutro o detergente suave.
- Esponja blanda o paño de microfibra.
- Cepillo de cerdas suaves.
- Paños de algodón o microfibra para secar.
- Escalera estable para llegar a las zonas más altas.
Importante: no uses estropajos metálicos, cepillos duros ni productos abrasivos, porque pueden rayar el acabado o dañar la pintura. Si tu pérgola es retráctil o motorizada, tampoco uses hidrolimpiadora sobre las lamas; la presión del agua puede afectar al motor o al sistema eléctrico. Mejor utiliza una manguera con presión suave para enjuagar y evitar sustos.
Cómo limpiar tu pérgola bioclimática paso a paso
Vamos a lo importante. Aquí tienes una guía sencilla y práctica para que puedas limpiar tu pérgola bioclimática y dejarla impecable sin complicarte la vida.
Retira hojas y suciedad superficial
Empieza por lo más evidente: hojas secas, polvo, ramitas o cualquier resto que se haya acumulado. Utiliza un cepillo de cerdas suaves y pásalo por encima de las lamas, prestando atención a las zonas donde el viento suele acumular más suciedad. No olvides revisar los canalones y bajantes de agua, ya que si están atascados el drenaje no funcionará bien cuando llueva.
Limpia las lamas
Coloca las lamas en posición horizontal para poder trabajar cómodamente. Prepara un cubo con agua tibia y jabón neutro, y con una esponja o un paño de microfibra, limpia cada lama por ambas caras. Si te encuentras con manchas difíciles, como restos de pájaros o resina, puedes añadir unas gotas de vinagre blanco a la mezcla para ayudar a eliminarlas.
Cuando termines, aclara con agua limpia y, si quieres un acabado perfecto, seca con un paño suave para evitar marcas de agua.
Lava la estructura
No te olvides de los pilares, vigas y el marco que sostiene la pérgola. En estas zonas suele acumularse más polvo, polen o suciedad que viene del jardín o la calle. Frota con suavidad usando la misma mezcla de agua y jabón, aclara bien y seca para mantener el acabado como nuevo.
Comprueba y limpia los desagües
Después de limpiar las lamas y la estructura, es posible que algo de suciedad haya caído a los canalones. Revísalos de nuevo y retira cualquier resto para asegurarte de que el agua se evacúa correctamente en los días de lluvia.
Limpia los accesorios
Si tu pérgola bioclimática tiene iluminación integrada, cortinas de cristal, estores o cualquier complemento, este es el momento de darles un repaso. Un paño húmedo con jabón suave es suficiente para quitar el polvo y las marcas. Y recuerda, si vas a limpiar algo eléctrico, corta la corriente antes para evitar riesgos.
Comprueba el funcionamiento
Cuando todo esté limpio y seco, haz una prueba para asegurarte de que todo funciona bien. Abre y cierra las lamas varias veces, escucha si hay algún ruido extraño y comprueba que se mueven con suavidad. Si notas que alguna parte va más dura de lo habitual, puedes aplicar lubricante de silicona en spray en las zonas móviles para mantener el mecanismo en buen estado.
Consejos extra
- No esperes a que esté muy sucia. Si haces limpiezas más frecuentes, el trabajo será mucho más rápido y sencillo.
- Evita los días de sol intenso o viento fuerte. Un día tranquilo y seco te permitirá trabajar mejor y con menos esfuerzo.
- Olvídate de la hidrolimpiadora. Aunque pueda parecer práctica, la presión puede dañar el sistema, sobre todo si es motorizada.
- Atento en otoño e invierno. Retira hojas secas o nieve acumulada para evitar que la estructura soporte más peso del necesario.
- No descuides el mando a distancia. Si tu pérgola tiene control remoto, límpialo con un paño seco o ligeramente humedecido para mantenerlo en buen estado.
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